Ha pasado una semana entera y casi no me he enterado...
Cuando me senté frente al ordenador mi primera idea era empezar a hablaros de Quiromasaje Deportivo, pero me acordé que hoy es domingo y tocaba sesión de Fitoterapia. Así que antes de ver plantas concretas y sus propiedades terapéuticas me gustaría hablaros de cómo secar y conservar nuestras plantas para que cuando las usemos conserven todas sus propiedades.
SECADO
El secado de una planta no es más que el proceso de extraer la humedad que contiene, para evitar que se pudra, enferme o pierda las sustancias activas, además de permitir su almacenamiento por un tiempo determinado antes de su utilización.
Además de las plantas que se utilizan frescas, es necesario secar bien las que se desea conservar. Es muy importante que este secado se realice con rapidez, para evitar la alteración de las plantas, su fermentación y la pérdida de sus principios activos.
Hay distintas técnicas de desecación, puedes hacerlo al aire libre, colgándolas o incluso en el horno.
Técnica al aire libre, es la técnica más sencilla de secado de plantas si se cumplen las tres condiciones de almacenamiento: un lugar con poca luz, bien aireado y ambiente seco. Las plantas se pondrán a secar sobre un cedazo (en un enrejado de nailon o de mallas finas, por ejemplo) de modo que el aire circule libremente.
Técnica de colgado, para esta técnica se requiere un lugar amplio y bien ventilado, y consiste en colocar las plantas en unos colgadores (algo sencillo puede ser en un cordel o con una simple percha)
Técnica del horno, Otra manera muy rápida de secar las plantas es utilizar el horno de casa. Para ello podemos optar en aprovechamos del horno cuando está un poco caliente. La temperatura no debería superar los 33º C. Luego colocaremos las plantas, o las partes que deseemos secar sobre la rejilla. La puerta del horno debe mantenerse entreabierta dejando unos 5 centímetros más o menos de abertura. Algunas plantas se secan muy rápido de esta manera y pueden estar secas en unas pocas horas. El lugar debe estar protegido del viento. El viento seca demasiado las plantas y volatiliza los aromas de los aceite.
El modo de desecación dependerá de las partes de la planta que se desea conservar, ya que el agua no está repartida del mismo modo ni en las mismas proporciones, en los diferentes órganos de la planta y dependerá también del tipo de hierba y del método utilizado. El secado puede durar entre unas horas y tres semanas. En general podemos decir que las hojas ya están secas cuando, al doblarlas un poco, se rompen con facilidad, lo que suele darse en un periodo de 3 a 6 días en tiempo seco.
CÓMO SE DEBEN SECAR LAS DISTINTAS PARTES DE LA PLANTA
Las raíces y los rizomas liberados de sus partes dañadas y lavados meticulosamente, se enjuagarán y se cortarán en rodajas o en tiras según su tamaño. Se pondrá, a secar al sol o en un horno.
Los tallos las cortezas y los troncos se secarán al sol, al aire libre y seco, o incluso en el horno a temperatura muy suave.
Las hojas y las plantas completas se colocarán sobre los cedazos, a la sombra en un lugar cálido y muy bien ventilado. Las hojas deben limpiarse, es decir, se le deberán de quitar los tallos. Esta operación se puede efectuar antes o después del secado.
Las flores o las puntas floridas son bastante difíciles de tratar. Es importante conservar el color, que es bastante delicado. Lo mejor es dejarlas a la sombra sobre los cedazos a una temperatura entre 20 y 25ºC, teniendo la precaución de cubrirlas con papel para conservar su color.
Los frutos carnosos se dejarán secar durante un tiempo prolongado al sol.
Las semillas bien extendidas sobre una hoja de papel, se secarán al aire libre, dándoles la vuelta de vez en cuando.
CÓMO CONSERVAR LAS PLANTAS SECAS
Pues bien, una vez sequitas nuestras plantas es hora de almacenarlas y conservarlas.
Almacenamiento
Las hierbas una vez secas se guardarán, enteras o trituradas, en tarros de cerámica o de vidrio que tengan un buen cierre. Los de vidrio conviene que sean oscuros pues así protegen a las plantas de la acción oxidante de la luz. En caso de que no se disponga de tarros de vidrio oscuros, se guardarán en lugares al abrigo de la luz.
Otro sistema consiste en guardar las plantas en saquitos de tela, que luego se guardarán en cajas de madera.
Para el uso diario es conveniente utilizar tarros pequeños, reponiendo en ellos las plantas cada vez que sea necesario, evitando la acción de la luz y del aire sobre el resto de las plantas almacenadas.
Los lugares de almacenamiento deben ser secos y oscuros.
Conservación
Pueden utilizarse diferentes métodos para la congelación de las plantas:
Colocar las plantas enteras sobre una fuente o rejilla, en una sola capa, y congelarlas. Para guardarlas se pondrán en un recipiente ancho con tapadera. Si se pretende utilizar después estas plantas para aderezar, se desmenuzarán con los dedos y se colocarán en recipientes pequeños. No se debe olvidar etiquetar siempre los frascos ya que las plantas secas son todas muy parecidas.
Rellenar las bandejas para cubitos de hielo con las plantas bien picadas, cubrir después con agua y congelar. Se podrán guardar una vez congeladas, en bolsas de plástico.
Y con esto hemos acabado por hoy. Espero que os guste esta entrada y la pongáis en práctica, ya que todas estas técnicas que hemos visto, además de para plantas medicinales, también se pueden usar para la cocina con especies, hortalizas (como tomates o pimientos) o lo que veáis vosotros.
Y como siempre… ¡¡¡ HASTA LA PRÓXIMA !!!
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